El taller de ornamentación escultórica de Antonio Santisteban Márquez en la Granada del siglo xx
Bárbara Alcántara Bernardo
Premio Trabajo Fin de Máster 2022
Presentación
La Alhambra nunca deja de sorprender. Podemos volcar sobre ella nuevas miradas y preguntas, descubrir en sus fondos materiales apenas investigados. En cierta manera, esto es lo que ha sucedido con este trabajo fin de máster que, con tesón e inteligencia, ha llevado a buen término doña Bárbara Alcántara Bernardo.
En los almacenes de la Alhambra, guardados celosamente y con mimo, se custodian cientos de piezas del taller de Santiesteban, uno de los artistas del yeso más relevantes que ha dado esta ciudad al panorama nacional. Esta colección fue adquirida por el Patronato de la Alhambra y el Generalife en el año 2009. Desde entonces, sorprendentes yeserías reposaban en cajas y estanterías, esperando que alguien con ganas y tiempo las sacara a la luz, las devolviera a su justa memoria.
Se trata de piezas de yeserías trabajadas con esmero que formaron parte de tiendas, iglesias, casas, cafés, hoteles, casinos y edificios monumentales como la Alhambra. En cada fragmento se concentra mucha de la historia de Granada de principios del siglo xx. Su estudio y análisis nos ayuda a entender mejor esa época.
A finales del xix, diversos artesanos hacían reproducciones de las yeserías de la Alhambra, a veces usadas para “restaurar” en el conjunto monumental, muchas otras para vender a turistas y extranjeros fascinados por el orientalismo exótico con que se miraba al conjunto nazarí. Uno de ellos, Antonio Santiesteban Márquez, abrió un taller en 1900 y amplió sus miras a yeserías para los interiores y exteriores de múltiples edificios; puso de moda las yeserías, no solo de estilo neoárabe, sino también neoclásicas y neogóticas. Un artista y taller muy prolífico, que duró hasta los años noventa del siglo pasado, y cuya imagen y labor se recupera en este trabajo para la Historia del Arte.
Ante la propuesta que se le hizo, la autora de este trabajo fue valiente, pues apenas había estudios previos y los materiales eran en su mayor parte inéditos. El resultado no podía ser mejor, pues ha recuperado datos desconocidos de la biografía del artista y de cómo funcionaba el taller, a la vez que ha hecho una tarea de catalogación fundamental para el conocimiento de este taller y para la salvaguarda de esta colección.
El trabajo ha sido posible gracias a la feliz colaboración entre la Universidad de Granada, a través del Máster Universitario en Tutela del Patrimonio Histórico-Artístico. El legado de al-Ándalus, y el Patronato de la Alhambra y el Generalife. En este sentido, ha jugado un papel fundamental el Servicio de Investigación y Difusión de la Alhambra, que ha abierto las puertas de la Alhambra a la investigación universitaria. Pero no me gustaría quedarme simplemente en un agradecimiento institucional. Es justo nombrar a doña Silvia Pérez, asesora técnica de registro, quien vio la oportunidad de investigar sobre este tema y apostó por que una investigadora novel iniciara su andadura en los fondos de reserva del Museo de la Alhambra. Igualmente, a don Ramón Rubio Domene, jefe del taller de yeserías, que ha transmitido a doña Bárbara Alcántara su dilatada experiencia en el tema.
A mí me tocó unir todas las piezas para que la colaboración fuera fluida y estrecha, haciendo el seguimiento de los avances en la investigación y en el trabajo final. Sin duda, fue doña Bárbara Alcántara quien logró que la Granada de los años veinte del siglo pasado y un afamado taller de yeserías, volverían a brillar a través de las páginas de este trabajo. Espero que la lectura transporte a las personas que lo lean a una época que no se puede entender sin el arte salido de las habilidosas manos de un yesero, pero especialmente de la inteligencia y audacia de un artista como fue Antonio Santiesteban Márquez.
Dra. María Elena Díez Jorge
Universidad de Granada