Arte y poder. Margarita de Parma (1522-1586), una mujer Habsburgo entre dos mundos
Leticia Mayor Sánchez
Premio Trabajo Fin de Máster 2022
Presentación
Presentar este trabajo es fácil y grato, como lo fue la lectura de su primer borrador y mucho antes, la primera entrevista con su autora, Leticia Mayor Sánchez.
El trabajo tiene prolegómenos que no se pueden silenciar, pues implican a otra estudiosa y com- pañera que animó a Leticia a iniciar esta compleja investigación y que fue el alma mater de la misma, la catedrática Ángeles Toajas. Leticia inició esta investigación bajo su tutela en el Trabajo de Fin de Grado. En él desengranó la biografía política y el mecenazgo de Margarita de Parma (Oudenaarde, 1522 – Ortona a Mare, 1586), una mujer que ha pasado de puntillas por la historiografía moderna y que, sin embargo, no dejó de ser hija natural del emperador Carlos V y pieza clave en la política matrimonial trazada por su padre, gracias a sus dos casamientos que le granjearon el sobrenombre de Madama y la admiración y respeto de las cortes italianas. En su madurez asumió la regencia de los Países Bajos, siguiendo el modelo de sus tutoras, Margarita de Austria (Bruselas, 1480 – Malinas, 1530) y María de Hungría (Bruselas, 1505 – Cigales, 1558), y conformando a su vez uno propio, renovado, que, sin duda, influyó en su sobrina Isabel Clara Eugenia.
El Trabajo de Fin de Máster propuso dar un paso ulterior para indagar, precisamente, en cómo el trasvase de influjos entre ambos territorios permitió a Margarita de Parma crear una imagen de sí misma que, asentada en los parámetros marcados con anterioridad por otras mujeres de la dinastía Habsburgo, como Margarita de Austria y María de Hungría, sus tutoras, incorporó, a su vez, cierta novedad debida a la convivencia de esos dos mundos tan dispares y, sin embargo, tan unidos. Se quiso, a su vez, desentrañar las similitudes y variaciones de la imagen y el discurso político que se tejió entorno a Margarita de Parma según los distintos escenarios en los que transitó su vida y, sobre todo, según las distintas responsabilidades políticas que ostentó. Todo ello, a través de dos manifestaciones artísticas concretas que tuvieron especial importancia en la época cuando hablamos de promocionar una imagen política: el retrato cortesano y los festejos efímeros.
Educada en las suntuosas y preponderantes cortes de Margarita de Austria, su tía-abuela, y María de Hungría, su tía, creció siendo espectadora de la importancia de las artes para engrandecer la dinastía a la que estaban orgullosas de pertenecer, así como para generar una imagen de sí mis- mas que trascendiese la órbita de lo familiar y brillase con luz propia entre sus coetáneos y para la posteridad.
Para abordar su imagen retratística se conformó una estructura bicéfala, que refleja a la perfección los dos mundos en los que estuvo imbuida Madama, a través dos retratos escogidos por su carácter de paradigma y por la riqueza de su discurso visual. Se les ha hecho dialogar con otra multitud de retratos de Margarita que ilustran la aparente lejanía y enfrentada sensibilidad de estos dos mundos, para concluir que, bajo una apariencia tan dispar, se esconde un mismo mensaje de poder y autoridad femeninos, unidos y asentados en la exaltación de la dinastía.
Este mismo discurso hizo de hilo conductor en las tres entradas triunfales de Margarita en la ciudad de L’Aquila, de la cual fue nombrada gobernadora perpetua en diciembre de 1572, y en las exequias fúnebres que se organizaron en dicha ciudad a su muerte. La exaltación de Madama se vertebra en torno a su linaje y pertenencia a la Casa de Austria, así como a través, y más importante si cabe, de la exaltación de sus dotes de buen gobierno y de las virtudes que lo sustentaban.
El trabajo habla por sí solo. Solo aprovecho para augurar a esta magnífica investigadora, de mente brillante y ánimo franco, que encuentre cauce y premio en la carrera académica que secreta- mente desea.
Dra. Magdalena de Lapuerta Montoya
Universidad Complutense de Madrid